Qué pensarán

Imagino a un agricultor de mi pueblo, quien dice un agricultor, dice un albañil, un barrendero, una maestra o una autónoma cualquiera que, tras un largo día de trabajo, de pensar si llega a fin de mes, si puede ir o no este año de vacaciones, si esta semana sube o no la gasolina, si abra algún que otro imprevisto o si despertará una mañana y habrá desaparecido el algodoncillo. A todos ellos imagino. ¿Qué pensarán? Al llegar a casa suspirar y ver que unos “listos”, siguen burlándose de todos ellos de la dignidad humana, ocultando eso de robar con un lenguaje elegante y ensayado. Ahora lo llaman mordidas y una comisión lo estudiará, además alguien dice que —eso pasa y que no es fraude— qué le vamos a hacer. Imagino a todos aquellos listos en las bacheadas carreteras de Jaén, riéndose de, como se suele decir, “los tontos de pueblo”, ¿qué pensarán? Esos tontos, esos que han vivido más de doce años con —desvíos provisionales— y que no tienen AVE. Imagino que los sinvergüenza, nunca descansan y que, a lo mejor algún día piensan que, ¿por qué no podríamos cobrar directamente por pensar...?