Que le den dos tazas

06 oct 2022 / 15:59 H.
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Posiblemente los electores de las próximas elecciones, que no vivieron el franquismo, sean ya la mayoría en España, incluido el que aquí escribe. Vivimos la transición, la democracia, la posdemocracia, estos tiempos confusos de tomaduras de pelo y chiste fácil. En pocos años lo seremos sin duda. Eso significa que no conocemos lo que es la dictadura, que pensamos que todo el monte es orégano, y que no poseemos una memoria que nos advierta lo que significa retroceder. Pero retroceder es esto, y no hace falta que haya un sistema que se llame a sí mismo represivo, que se atribuya la ley y el orden, o que tenga una estela de muertos a su paso. Que también. Se trata, sin embargo, de cuestiones fundamentales para nuestro día a día, y el sistema, lo estamos viendo, no ayuda en absoluto. Al contrario, nos reprime, frustra, obliga, humilla. El taladro de la publicidad hace el resto. La ideología que inyecta nos sumerge en un sopor y una felicidad, pero el dinosaurio, cuando se pasa el efecto del narcótico, el dinosaurio o monstruo sigue ahí. Algo así escribió Monterroso. Pero yéndonos a problemas más prosaicos, más de calle o cotidianos, solo quiero hacer algunas observaciones sobre esta ola —que es llover sobre mojado— conservadora que asola Europa, y que a buen seguro va a dejar consecuencias en nuestro tejido social. Por ejemplo, cuando el bueno de Juanma Moreno llegó a la Junta de Andalucía, se sustituyó el modo de las licitaciones de hoteles y otras adjudicaciones. Se lio todo un poco, se complicó el procedimiento, nadie se aclaraba, y se comenzó el cambio. Luego se vio que no funcionaba y, reformando sus propios criterios, se acabó simplificando para regresar, prácticamente igual, al mismo modelo anterior, al del PSOE. He aquí el resumen de los últimos 4 años del gobierno del PP en Andalucía, en los que los dos primeros no hizo nada, porque estaba tomando contacto, y los otros dos ya he dicho cómo fue. Sin contar otras perlas como el impuesto de sucesiones, ahora vamos a por esta legislatura en la que se va a seguir más o menos igual que en la época del PSOE, tan denostada y criticada, en la que todo era mafia, clientelismo y blablablá. Tengo certezas, datos y experiencia contrastada: ¿no es absolutamente impresentable? No solo no han reformado nada, sino que llevan 4 años gestionando todo lo bueno que dejaron los gobiernos socialistas anteriores, el Estado del Bienestar, y en todo caso se están dedicando a desmantelar estructuras consolidadas, como la sanidad, que es la gran bicoca y donde todos quieren meter la cuchara, y la educación... Por si fuera poco, la extrema derecha enseña sus colmillos populistas y la gente jalea la demagogia. Este es sin ambages el resultado de décadas de lavado de cerebro, porque tanta basura no puede dejarnos incólumes, año tras año pegados al televisor, y con tantos pájaros en la cabeza. Todo el mundo es fantástico, todo el mundo es especial y todo el mundo se cree el rey del mambo, cuando en realidad somos piltrafas y palurdos, peleles o marionetas, nos manejan como quieren y cuando quieren, nos hacen pensar lo que ellos quieren que pensemos, y no nos dejan margen para el pensamiento crítico, para pensar por nosotros mismos, para decir lo que pensamos, si es que pensamos algo más allá de simples balbuceos... Ya se sabe que al que no quiere caldo, que le den dos tazas.

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