Que habrá después

    20 abr 2020 / 16:23 H.
    Ver comentarios

    Me pregunto constantemente cómo saldremos de esta situación. A nivel personal, a nivel social. Leo y escucho muchísimos comentarios que comparten la opinión de que cuando acabe todo esto seremos mejores personas, y me hace creer que la crisis sanitaria nos ha servido para algo. Pero lo cierto es que esta idea permanece poco tiempo en mi cabeza y en mi ánimo, puesto que son tantos los mensajes que me llegan de venganza y política enmierdada que el mundo se cae bajo mis pies. No consigo entender cómo no somos capaces de estar a una, de caminar en el mismo sendero, de remar en el mismo sentido, en lugar de hacer lo que estamos haciendo, que no es otra cosa que buscar un puñado de votos y hacer ver que quienes ostentan los sillones buenos son incompetentes por naturaleza y asesinos cuanto menos, para poder ocupar esos sillones buenos y punto. No, mi cabeza no alcanza a entender cómo hay cerebros tan miserables que prefieren exponer a toda la sociedad a un confinamiento eternos, a una muerte anunciada, a una privatización de la vida, en pro de su beneficio propio. Pero más me cuesta entender que haya personas de esas que son currantas, que necesitan de su sudor y esfuerzo diario, que crean a pies juntillas este saco de egoísmo y hagan suyas palabras y actos tan miserables. En una supuesta sociedad civilizada, la práctica del bulo se ha hecho tan presente que ya no podemos creernos ni lo que cuentan en nuestra misma casa. Las nuevas tecnologías, que ya no son tan nuevas, deberían servirnos para estar más unidos, para aportar, para sumar... Pero no, parecen armas cargadas por el mismísimo diablo. Vídeos despotricando de quienes hacen o deshacen sin tener en cuenta que esto no lo ha provocado el gobierno. Comentarios cuanto menos tóxicos que vomitan odio y hacen una búsqueda de culpables sin tener la mínima decencia de poner una propuesta sobre la mesa. Es terrible ver cómo la sociedad se pudre cada vez más disfrazada de un discurso de odio y de venganza. No consigo coger fuerzas ni esperanzas de ver que nuestra sociedad saldrá fortalecida de todo esto, viendo lo que veo, leyendo lo que leo y escuchando lo que escucho. Intento mantener una actitud positiva ante esto, pero se desmorona con cada comentario hiriente que recorre los grupos de WhatsApp. Os aseguro que evito discutir por no crear polémicas con ciertas personas que se han convertido en colaboradores fijos de insultos diarios y corredores de bulos virales. Pero es imposible ser pasiva. Inevitable caer. A veces, en el silencio del aterrador y angustioso insomnio que me ha regalado este período de confinamiento, puedo dibujar a quienes quiero más unidos que nunca, luchar desde el lugar que debemos hacerlo, unos en casa, otras en hospitales, algunas desde el teletrabajo y otros cuantos desde el cuidado. Me gusta pensar que esto nos hará fuertes, nos hará personas solidarias, luchadoras, ecológicas, cuidadosas, hermanadas... Pero la luz de la mañana y los distintas redes sociales me dan un golpe de realidad en toda la cara que duele. Estamos más distanciados que nunca, estamos más separados de lo que en mi vida podría haber imaginado. Nos hemos dejado llevar por el discurso del odio, olvidando que solo saldremos de esta si vamos a una, si buscamos el bien común y si respetamos la norma. El sábado por la noche escuchaba en la televisión a un doctor que decía algo que me hizo sonreír; decía que cuando salgamos de esta etapa de confinamiento nos encontraremos con un escenario de posguerra con la salvedad de tener los edificios intactos. Por un momento hasta me hizo ilusión esas palabras. Luego comprendí que lo que nos vamos a encontrar es, efectivamente, ese escenario de posguerra pero agravado por las armas políticas de quienes se encuentran en la oposición, de quienes no han respetado jamás la voz de la supuesta democracia que tenemos en nuestro país. Me aterra pensar lo que puede pasar en los próximos meses, porque estoy segura de que la crisis económica que se avecina se va a ver agravada por esta partida de partidos de rancia ideología para sepultar al actual gobierno

    Articulistas