Qué bonita la luna, fenómeno el sol

25 sep 2016 / 11:16 H.

Maravillosa Jaén, ¿a que sí? No hace falta que se diga muy fuerte para llamar la atención, que eso es algo en lo que coincidimos. A la derecha y a la izquierda, arriba en las montañas, abajo en los valles, todos los moradores de esta bella tierra se vanaglorian de su entorno. Y el “señor Jota” en esta nueva parada de fin de mes multiplica los cánticos porque qué bonita es la luna, qué fenómeno el sol. Entre verdes pinos y a la rica sombra de los olivos, a la orilla del gran río, chapoteando los chilancos del riachuelo, esa es mi Jaén, la que madruga y Dios no le ayuda, la que cada día se acuesta más pobre y nadie le tiende una mano. Ay Jaén, mientras haya odas a la primavera y al otoño que acuesta adormecido las hojas, contentura de la buena, buenura de la mala.

Miren el paisaje que tienen a su alrededor, no hay otro igual, ya lo decía Machado y ahora lo canta el “señor Jota”: “¡Ciudades y caseríos / en la margen de los ríos / en los pliegues de la sierra! / ¡Venga Dios a los hogares / y a las almas de esta tierra / de olivares y olivares!” . Que mientras lo canta, no piensa, que mientras se embauca de luz de luna, ni hambre tiene ni trabajo espera. “Al oído de Dios llegan los nombres / de los pájaros altos, de los troncos, / de los caminos (...) Ya, Cazorla / se cuaja en las alturas de la sierra / el cántico del pájaro sin nido, / y remontan su vuelo las primeras / sonrisas nazarenas de los lirios”. Versos de Martínez de Úbeda (1950) que el “señor Jota” respira con su aire puro y así ni clama ni proclama, calla y asiente, mira el sol, qué fenómeno de la Naturaleza y se dice, otro día más de vida, otro día menos de obediencia debida. “Rey de los otros, río caudaloso, / que, en fama claro, en ondas cristalino, / tosca guirnalda de robusto pino / ciñe tu frente, tu cabello undoso, / pues dejando tu nido cavernoso / de Segura en el monte más vecino / tuerces soberbio, raudo y espumoso.” Y con esta belleza inigualable de Luis de Góngora sobre el Guadalquivir no hay más que dejarse llevar y así, dejándose llevar hoy y mañana, ayer y traspasado mañana, el “señor Jota” no piensa, que pensar es malo, que la dignidad llega pensando y aquí, en la tierra del ronquío, solo roncar, que pensar está penado; dícense sumisos sus habitantes que de vida placentera hallan libertad desde pequeñas troneras. “Jaén, cuánto me cuesta amarte, bella sultana, harén y cruz...”, que diría ahora mismo el poeta Molina Damiani. Con todo, pese a quienes solo nos quieren hablando de soles y lunes, sumemos belleza y dignidad y Jaén será otra: “Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano”. Si lo decía Neruda, lo reza el “señor Jota”.