Puertas al mar

    16 dic 2019 / 09:32 H.
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    Mediodía de domingo, Avenida de Madrid a la altura de la Iglesia de San Roque nos sorprende una mirada triste de unos hermosos ojos que corresponden a un varón de raza negra con apenas veinte años, que amén de su belleza física reflejaba una tremenda belleza interior. Donde nos detiene y pregunta, deducimos que buscaba el comedor social de Belén y San Roque y después de una breve conversación, no con pocas dificultades de idioma se traduce su desesperanza al encontrarlo cerrado y además ignorantes tanto del horario de apertura como de que el domingo no abría, la tristeza y el desencanto aumentó, pero en ese momento una mano cercana, reflejo de un corazón humilde y generoso le ofrece un billete para que pueda salir momentáneamente de su apuro, lamenté no haber sido yo el que diese el paso primero y sin duda jamás olvidaré las palabras del joven: ¡por favor, no..! ¿es de verdad? ¿es de verdad?, sus ojos se iluminaron, su corazón se abrió con una sincera sonrisa, pero sobre todo me asombró su incredulidad ante un sencillo gesto, que lamentablemente solo le podría solucionar uno o dos días de su vida. Como se puede ser tan injusto ante los que no han tenido la suerte de nacer donde nosotros y cuando arriesgan su vida por mejorar, le queremos poner puertas al mar. Increíble.

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