Propóntelo bien

Por fin se acaba. Y como cada 31 de diciembre toca mirar atrás y adelante. Es momento de resúmenes de lo sucedido este año y de propósitos para el que comienza, sin embargo pocas veces somos capaces de unir ambas cosas, esto es, recordar lo que nos propusimos la pasada nochevieja y analizar cuánto hemos cumplido, qué proyectos se han quedado en el camino. No buscamos frustrarnos, ni lamentarnos de lo no logrado, el objetivo es preguntarnos porqué no se cumplieron, y analizar si podemos retomarlos, reorientarlos o mejorarlos. La experiencia es una sabia consejera. Y así estamos dispuestos para afrontar los nuevos proyectos, a los que vamos añadir unas pautas para que el próximo año no estemos igual: que sean pocos, muy específicos, realistas y medibles, que incluyan junto al qué haré el cómo lo haré; desde el inicio generar pequeños hábitos y finalmente disfrutar de cada avance menor. Como decía Ovidio, la gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia. Y para no abandonar, según las estadísticas, en marzo, revisar, mejorar y celebrar cada avance. ¡Siempre es pronto para rendirse! Feliz Año Nuevo, aunque como dice la sabiduría popular mejor sería volver a uno de los antiguos, y que en el 2022 se cumplan algunos sueños y muchos propósitos.