Primum vivere deinde philosophari

Es un adagio latino sin padre conocido en la antigüedad clásica, usado por Cervantes en El Quijote y muy del gusto de Thomas Hobbes en el campo de la filosofía política; la frase por sí misma es expresiva y se parece a otra que dice “antes la obligación que la devoción”. Viene a cuento del peculiar orden de prioridades del Gobierno y el galimatías que están formando con su “desescalada” a contracorriente; si no improvisan, lo parece. Tras las chapuzas en la batalla sanitaria y sus errores, yerran en poner orden en el marasmo económico provocado y también en el reto necesario de recuperar la economía. Asegurado lo necesario, que la gente trabaje y coma, vendrían las disquisiciones filosóficas. No es buen camino presumir de tener subsidiados a más de la mitad de los currantes; ni machacar al turismo, primera fuente de riqueza nacional, por estacional y precario; ni enfrentar a las Comunidades, ni crear y subir impuestos y asfixiar la economía; necesitamos levantar el país, pero vamos con el paso cambiado en Europa y así nos va. ¿Quién se hospedará en hoteles de su provincia? ¿Para qué? ¿Vendrán extranjeros a hacer la cuarentena a nuestros hoteles hasta la víspera de marcharse? ¡Sabios!