Primavera de abril

    11 abr 2024 / 09:17 H.
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    Hoy te he vuelto a sentir en el cantar de negras golondrinas, he visto tu mirada en el rojo que visten los caminos, he tenido tus manos de caricias cálidas, de susurros alegres, de sueños encontrados.

    Tus pies cubriéndose de flores y tus pasos alados de sonidos, colores y silencios de azul. ¿Dónde encontrar tu azul, dónde se fue, que ayer no pude verlo? Oculto en la calima como guardado y escondido cual secreto, un manto gris, a veces, amarillo, vela tu azul, impide percibirte como eres, en estos días de abril, sin luz en los latidos.

    Me falta el sol y ese azul de tu cielo, y sin embargo, tengo la certeza de tu mirada, mis pies se deslizan sobre tu alfombra de sonidos que cantan aromas de verde recién cortado. Ay abril que te calzas tus zapatos de la lluvia que viene a regar tímidamente las calles y caminos. Ayer te sentí en la belleza de la catarata del viejo molino, entre las verdes matas de las moreras dulces y espinosas que lo guardan, te vi en los colores morados y rosas pálidos, en los amarillos, en los blancos, en el murmullo del agua que caía entre las rocas gastadas y buscaba el cauce corriendo entre el paisaje, parecía querer escapar rápidamente.

    Cómo no percibir tu mirada y tu aroma de abril, tan dulce y especial con que danzas en las horas más tímidas, donde la primavera pasa descalza, hollando sus pies de leve tul y plata, en las noches de luz y brillando en los cielos escondida como no queriendo desvelarse. Ay abril de sensaciones tenues, de sabores amables, de vientos y de suaves sonidos. Me gusta cuando pintas de azul el cielo y tus colores están bordados con las manos del alba. Sentí tu son de brisas perfumadas, tu especial sensación de festivos momentos. Un sueño de romeros se despierta y nace en los corazones la alegría de la espera, esa espera que pasa y se hace larga, mientras los días transcurren con el pensamiento puesto en el último de tus domingos. Porque en el alto cerro Ella espera impaciente, aguarda la llegada de tantos peregrinos que saben de su amor y necesitan volver a encontrarse con el suave sentir de su mirada. La dulce Morenita que clama en los corazones de aquellos que sienten su ternura y la llevan muy dentro. En tus días de abril, primavera de aromas y de sueños.

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