¿Presupuestos? Me sale a rabiar

Es la historia del quejío y el lamento, sin que seamos de la cuna gaditana del flamenco. También sería la historia de ese pellizco en el alma con el que prenden los sevillanos sus procesiones y nosotros no le vamos a la zaga. Incluso podría decirse que es la historia jamás contada de una tierra que generación tras generación fabricó el mayor bosque artificial del mundo, a semejanza de la tierra de pescadores ahora gran selva del turismo, como es Málaga. Fuera lo que fuese, quejío y lamento, pellizco en el alma o motor aceitero, el caso es que ni somos Cádiz, ni tampoco Sevilla ni mucho menos Málaga. Mismamente, no somos nadie, nuestro motor está gripado, el lamento jaenero suena a canción de cuna a los políticos que nos gobiernan y para pellizco en el alma el de los propios políticos engañándonos y viniéndose arriba. ¿Presupuestos? Puntos suspensivos.

Me sale a rabiar, pero mucho. Quédense tranquilos los políticos del momento que no es novedad, pueden respirar tranquilos, es más, pueden esparcir, para lavarse la liviana conciencia que tienen, responsabilidades a diestro y siniestro. Es lo que dicen los libros de política, insulta que algo queda, di que la culpa es del otro, que la gente no sabrá realmente quién es el culpable. Además, se da una circunstancia que alarga la vida de los políticos en Jaén, porque Jaén rabia y clama, pero no remata, no hace daño, no insiste señalando con el dedo a quienes la han colocado donde está, fuera de todas las rutas del progreso y la modernidad. Ni una sola, absolutamente ninguna. ¿Que se vive bien? Faltaría más. ¿Que con poco nos apañamos? Más cierto aún. ¿Que es posible que todo cambie? Sigamos soñando, que soñar es gratis y, además, no hace daño. Es triste, muy triste, incluso sangrante, que provincias hermanas estén donde están, por su trabajo y tesón, no le quitemos una brizna siquiera de lo que han luchado, pero, me cachis, es que la autoridad competente del momento, fuese el color que fuese, les ha echado una gran mano. ¿A Jaén? Miren el erial económico, la diáspora veintiañera y qué significa aquí cultura y se contestarán ustedes mismos.