Precariedad financiera

    09 dic 2020 / 16:21 H.
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    Leo en prensa que las grandes entidades financieras luchan por el cliente rural en la “España vaciada” en prevención de que otras van a prestar servicios financieros en estancos, loterías o correos. Las mismas que desmantelaron redes que eran el orgullo de los grandes, tejidas históricamente en todo el país, con las vacas flacas huyeron primando la cuenta de resultados en detrimento de la atención al cliente. Oficinas desplazadas, agentes financieros y “ofibuses” ofrecen sucedáneos en contadas ocasiones —en algunos casos un par de horas tres días al mes— o personal poco cualificado; solo recepción de documentos y caja de metálico para mantener la “fidelidad” —o esclavitud— del cliente. Sorprende tal tolerancia del poder en un servicio que siempre ha sido muy necesario, incluso esencial, con libertad de abrir cuando el encierro; ¡paradojas! En ciudades, son de primera necesidad y en aldeas siempre cerrado. Los que mandan son más laxos, diría genuflexos, con los grandes bancos. En esto los jiennenses somos privilegiados, nuestra Caja Rural tiene oficinas en cada uno de nuestros más de cien pueblos y aldeas, por pequeños que sean, que están libres de exclusión. Que perdure siempre así.

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