Posicionamiento político

    19 dic 2023 / 09:37 H.
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    Hoy día no hay quien entienda a los partidos políticos, ni tampoco a muchos de sus responsables. A los ciudadanos de a pie nos cuesta entender cómo y con qué ligereza, los partidos políticos están modificando su posicionamiento durante estos últimos años. Esta afirmación parece una obviedad si entendemos que, el panorama político está invariablemente afectado por los cambios que ocurren en su entorno. Estos pueden ser graduales y sutiles o rápidos y evidentes. Independientemente de su velocidad y manifestación, llega un punto en el que ciertas transformaciones (sociales, económicas, políticas o tecnológicas) inciden significativamente en la cultura de un partido político y consecuentemente en su posicionamiento.

    Los partidos más tradicionales casi siempre supieron interpretar lo que necesitaban sus votantes, así como entender lo crucial que resulta la circunstancia de que las decisiones de voto son influenciadas, menos por el simple interés en un partido y más por cómo ese partido puede ser un medio para lograr objetivos mayores en la jerarquía de necesidades de la población.

    Datos como la fuga masiva de votantes liberales hacia opciones más conservadoras, o los que aporta la reciente encuesta elaborada por Sigma Dos para el Diario El Mundo, en la que se nos informa que tan sólo cuatro meses y medio después de las últimas elecciones generales, el 22,4% de los votantes que metió en la urna la papeleta del PSOE cambiaría si pudiera esa decisión; resultan contundentes y ponen de manifiesto el descontento de muchos, por la particular manera que tienen los partidos, de entender y gestionar cuestiones que son relevantes para el ciudadano.

    Considerando que el posicionamiento es la aspiración del partido político de ocupar un espacio específico en la conciencia de los votantes, es evidente que, para alcanzar esta meta externa, se necesita primero una definición interna sólida.

    Un partido político alcanza su fortaleza a través de la claridad y la fuerza de la visión estratégica de sus dirigentes. Desde este punto de vista, coordinar esfuerzos de manera sincronizada y enfocada es básico en la gestión política para forjar una percepción específica en la población.

    Los diferentes partidos, sabedores de que en política es también fundamental reconocer que no se puede complacer a todos, se han orientado hacia concentrarse en aquellos ciudadanos que verdaderamente puedan respaldarlos. En este giro necesario, probablemente hayan olvidado cuáles son los aspectos emocionales que contribuyen a la construcción de una identidad política.

    Alguien de entre sus ejércitos de asesores debiera recalcarles que, hoy en día la guerra de los partidos ha derivado hacia ganar voluntades. Y además recordarles, que identificar los valores que nos impulsan y los beneficios que motivan a los ciudadanos requiere ponerse en el lugar de los votantes, pensar: ¿cómo les haremos sentir? y responder a la pregunta: ¿por qué deberían confiar en nosotros?

    La gente no apoya lo que haces, apoya el motivo por el que lo haces. Este motivo facilita la conexión emocional entre las personas y se convierte en un propósito, una creencia, la razón de ser de un partido.

    Articular un propósito político va mucho más allá de crear un eslogan inspirador. Es algo que contribuye tanto internamente —ayudando a los miembros a entender el por qué— como externamente —ayudando a los ciudadanos a comprender para qué existe el partido—.

    Se trata de una cuestión de valores. Necesarios para definir el tipo de relación que un partido político establece con la sociedad. Valores que se traducen en la manera en que ese partido se presenta y actúa, formando una cultura propia y que han de ser claros y estar alineados entre lo que el partido representa y lo que la sociedad espera.

    Cuando los valores de los dirigentes no están alineados con los de la institución que representan, éstos últimos se erosionan y se abre un vacío entre lo que el votante espera y la realidad de la experiencia que se está entregando. A los nuevos partidos les toca reflexionar.

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