Por una ley integral

27 sep 2023 / 09:06 H.
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El próximo domingo se celebra el día internacional de las personas mayores reconocido por Naciones Unidas en 1990. La conmemoración es un buen motivo para reflexionar sobre los desafíos que platea la longevidad en todas las sociedades incluida la nuestra. En este siglo no sólo aumentaremos nuestra esperanza de vida y nos acercaremos al siglo, sino que aspiramos también a vivir mejor y poder disfrutar de una vida digna y segura en la vejez. Es una realidad que a medida que envejecemos nuestros derechos pierden valor y nos convertimos en un grupo vulnerable, marcado por el edadismo y los estereotipos ligados a la edad. Estos estereotipos nos conducen hacia una visión negativa del rol social de las personas mayores, a quienes se les infantiliza y a partir de ahí se les anula su voluntad de decidir sobre sus propias vidas.

Para esta 33 celebración del Día Internacional de las Personas de Edad Naciones Unidas ha elegido el lema: “Cumplir las promesas de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores: entre todas las generaciones”. Parecería una redundancia, pero las personas mayores sufren de manera cotidiana una vulneración sistémica de sus derechos y se pretende concienciar sobre esto. La pasada semana se celebró en la Universidad de Valencia en I Congreso internacional sobre derecho, derechos y personas mayores y en este foro el defensor del pueblo, diferentes académicos y operadores jurídicos han puesto de manifiesto las reformas legales necesarias para garantizar los derechos humanos de las personas mayores en España. Se ha hablado desde la necesaria reforma de la Constitución, donde la edad ni aparece recogida en el artículo 14, hasta la necesidad de una Convención internacional sobre los derechos humanos de Naciones Unidas, por la que la sociedad civil lleva trabajando ya una década y cuya propuesta ha realizado ya la Alta comisionada para los derechos humanos. Pero en España se está reivindicando también a todos los partidos políticos y al gobierno una futura ley integral sobre los derechos de las personas mayores. La ley resulta muy necesaria para conducirnos a esa sociedad intergeneracional a la que aspiramos, donde no se discrimine a nadie en la vejez. La futura ley integral pretende ser una norma que proteger contra la discriminación por razón de edad y promueva políticas públicas para garantizar derechos. La ley debería establecer oblaciones y reformas a todos los poderes del Estado y a todas las administraciones para que las políticas públicas no discriminen por edad y las personas puedan seguir disfrutando y construyendo sus proyectos de vida más allá de los 60 años. A partir de ahí las personas debemos seguir teniendo garantías de poder disfrutar del derecho a la salud, a la educación a lo largo de la vida, a trabajar hasta que queramos y podamos hacerlo, a vivir en entornos accesibles y seguros, al cuidado cuando sea necesario y a participar en los espacios de toma decisiones. La futura ley deberá abordar también cambios en el derecho privado, que seguro serán polémicas pues habrá que determinar también un interés superior de las personas mayores. Todo un desafío sin duda, pero necesario para el cumplimiento de la agenda 2030 y para que la sostenibilidad social sea posible. La OMS nos recuerda que 1 de cada 2 personas somos edadistas, así que en este 1 de octubre reflexiones y actuemos para evitarlo.

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