Por impulsos

    14 mar 2022 / 16:37 H.
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    Si llegáramos a pensar más de una vez las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida, seguramente muchas de ellas, la pensaríamos más antes de tomarlas, e incluso no las tomaríamos. Pero lo importante, no es arrepentirse de haberlas tomado, gracias a ellas descubrimos, y aprendemos cosas que de otra forma nunca llegaríamos a descubrir. En la oportunidad está el acierto, el resto, la falta de intento quedará siempre anclado en un pensamiento. Y así, sin llegar a entornar la ventana hemos conseguido abrir una puerta. La dificultad para llegar hasta ella no ha sido abrirla, ha sido construirla y encajarla en el hueco. Son inmensas las premisas con las que te encuentras una vez decides ponerte a construir. Es impensable creer que el sistema aún no esté preparado para agilizar y para crear soportes que den alas a mentes con ganas de crear de crecer y de dar oportunidad. Una vez cargas con ese saco y echas a andar te encuentras con la falta medios, y claro, descubres que la queja social con al que convivimos diariamente no es real, porque la verdad es que no es tal la necesidad ¿El culpable? Yo lo tengo bastante claro. Si a esto le sumas la incertidumbre mundial a la que nos abocamos, ya ha tenido que pesar la ilusión que ha sido la que ha hecho posible que se abra la dichosa puerta. Y como dice un compañero, nunca se escribió nada de los cobardes, así que, hagamos historia.

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