Por debajo del radar

    27 ago 2024 / 09:15 H.
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    Que seguimos atrancados en Chamartín y en Atocha para poder “bajar a Jaén” a ver a la familia, es una realidad infelizmente cada vez más frecuente.

    Que seguimos sin poder ofrecer salidas laborales a los más y cada vez mejor formados estudiantes que terminan su periplo en la UJA, es otro hecho objetivo.

    Esta situación, encuentra además un cuello de botella en la falta de potencia eléctrica en la ciudad de Jaén, que impide la implantación de industrias y por ende la posibilidad de ir poniendo medidas para luchar contra el desempleo y la emigración de muchos jóvenes.

    Problemas estructurales, que más allá de trenes alternativos o “autopistas eléctricas”, deben encontrar soluciones que pasen por la innovación y la creatividad. Y al hilo de poder hallarlas, siempre es bueno copiar a los que lo hacen bien. Alguien dijo que copiar a uno es fusilarlo, pero copiar a varios es innovar. Pues bien, a falta de industrias generadoras de empleo y riqueza sostenible, estaría bien poner el foco en ese perfil de empresas que, por cultura, criterio innovador y nivel de endeudamiento, siempre me gustaron, porque además operan “por debajo del radar” es decir que su propósito no está en lucir delante de los focos de la notoriedad para ser conocidos y reconocidos, sino en alcanzar una posición dominante en un nicho de mercado concreto.

    Y aprender de ese tipo de empresas especialmente exitosas, a las que Hermann Simon, un economista alemán, ya en la década de los noventa identificó, acuñando el concepto de “campeones ocultos” refiriéndose a esas empresas de tamaño mediano que actúan en nichos de mercado, a veces poco llamativos, en los que han atesorado una importante porción del volumen de negocio global gracias a su elevado nivel de especialización.

    A nivel internacional, es en Alemania donde existe un mayor número de este tipo de empresas, que garantizan un modelo de crecimiento real alejado de los focos mediáticos y del estilo de los gigantes tecnológicos. En nuestro país se comienza a “hacer seguimiento” a este tipo de firmas y en nuestra provincia tenemos algunas de ellas, que se han hecho un hueco en el mercado con discreción y trabajo. Conocer el secreto de su éxito, podría ayudar a muchas pymes a convertirse en uno de estos campeones ocultos y consecuentemente, a dotar a nuestro territorio de mayores ratios de empleabilidad.

    Para ello, es necesario en primer lugar detectar una oportunidad concreta y aprovecharla y en segundo, centrarse en la propuesta de valor diferencial y estar decidido a llevarla a aquellos mercados en los que tenga alta demanda, exportando e internacionalizando el modelo sin ningún tipo de complejos.

    En mi caso y por mi actividad profesional, gusto de identificar los patrones que conducen a estas empresas a construir modelos de éxito, y en esa observación reconozco

    elementos comunes como lo son: el dejar de hacer lo menos rentable para centrarse con lo esencial, equilibrar las dinámicas familiares y empresariales, la búsqueda constante de las tendencias y de nuevas oportunidades, el retener el talento en sus equipos, el hecho de contar con un liderazgo coherente que no está en mil cosas a la vez, el que implementan la formación continua como actividad obligatoria, y la circunstancia de que en muchas de ellas existe la figura del consejero de dirección.

    El papel de los consejeros de dirección en estas empresas medianas y familiares no puede subestimarse. Actúan como guías, facilitadores y protectores, ayudando a estas empresas a navegar los desafíos y aprovechar las oportunidades del entorno empresarial moderno. Al aportar una perspectiva externa, guiar la profesionalización, facilitar la sucesión, equilibrar las dinámicas familiares, fomentar la innovación y fortalecer la gobernanza, los consejeros de dirección aseguran que las empresas medianas y familiares no solo sobrevivan, sino que prosperen y continúen siendo pilares económicos y sociales en su área de influencia.

    Habrá pues, que copiar a esos que van “por debajo del radar”.

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