Pon un seguro en tu vida

A nadie escapa, la publicidad va siempre un paso por delante y nunca desencaminada. Reparemos en los anuncios que nos presentan durante las últimas semanas. De forma calculada, dejemos al margen juguetes, dulces, turrones y vinos, hay un bombardeo sistemático de aseguradoras sanitarias privadas. No es casual, en absoluto. Cuando desde las administraciones se ponen palos a la rueda, de forma continua, para que la Sanidad Pública se hunda y no quede más remedio que acudir a conciertos, cuando no privatizaciones completas de servicios, se ha abierto la puerta para que el negocio esté en esas empresas de “salud”. Y conviene no engañarse, como empresas mercantiles buscan lucrarse, una rentabilidad, como si la salud hubiese de medirse en euros, las más de las veces al margen de esa misma salud. Lo público no solo es más barato, bien gestionado claro está, además es universal y solidario. Valga una anécdota, me llaman de una aseguradora, contesto cortésmente que estoy en consulta oncológica, para que me dejen en paz, que llamen después; ya no hubo más llamada, no les intereso.