Política y fútbol
Por desgracia, el fútbol y la política cada vez tienen más cosas en común. De todos es conocido la utilización que hacen determinados partidos catalanes del Barça para alimentar su independentismo, como son llamativas las pitadas que el himno nacional recibe en algunas finales de la Copa del Rey de fútbol cuando en su disputa participa un equipo vasco o catalán, o incluso navarro, como sucedió en la última final. Que si Franco era del Madrid, que si era del Barça... qué hartura. Pero es que la gente es de un partido político como lo es de un equipo de fútbol; a muerte. Les da igual a quién presenten como candidato, cuál sea su programa o lo que hayan hecho en sus años de gobierno. Son de ese partido, como lo son de su equipo de fútbol de siempre. Yo, como aficionado al fútbol, intenté en una ocasión cambiarme de equipo. Me resultó imposible. Es un sentimiento y ahí no manda la cabeza, sino el corazón. Pero de partido político es bien sencillo; el anonimato te ampara, no debes dar explicación a nadie y puedes elegir entre un amplio abanico, y si no te convence, te dan otra oportunidad a los cuatro años, o menos... que esto de votar empieza a ser como la Liga de fútbol; todos los años hay.