En modo natural

No es fácil explicar porqué las sociedades normalizan el miedo, la desgracia, el dolor y la crisis. Hay destacados sociólogos que han planteado grandes teorías para explicar este mundo: la gestión del riesgo, la sobreinformación, la precariedad de todo... La resulta es que hemos llegado a un estado donde vivimos con distancia, normalidad y naturalización la idea de que el mundo está dividido entre lo propio y lo ajeno, y que no es posible ni entender el mundo, ni mucho menos sentir que estamos todos en el mismo barco. Aquí hemos llegado a ver la covid con distancia, a los políticos como extraterrestres y el nivel de crispación general sólo es equiparable a la miseria generalizada, donde los sueldos no llegan a final de mes y donde el que tiene la casa a medio pagar siente un cierto alivio. El problema de naturalizar las cosas, de perder la perspectiva crítica, es que vivimos el dolor propio y ajeno como un ejercicio del destino, sin darnos cuenta que se produce desde la injusticia y la intolerancia, que nos mienten desde los espacios de información y que los intereses partidistas se venden como necesidades universales. Ha llegado el momento de parar y empezar a preguntar, sin miedo a la contestación. Pero esto no será mañana, ya que el modo elecciones ha empezado y las mentiras campan a sus anchas sin que nada podamos hacer.