Piratas, gigantes y princesas

25 sep 2023 / 17:14 H.
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Gigantes, piratas, peces, princesas, demonios, cocineros, lagartos, dragones, muñecones, espíritus, sierpes, fantasmas, patinadores alados, pollos, zíngaros, quijotes, calaveras, ángeles, caballeros, guerreros, brujas, barrigones, duendes, soldaditos, zancudos, estrellas, narigones, gallos, sardinas y hasta submarinos... Todos, y muchos más, ha poblado —y de qué manera— nuestros carnavales, festejos, presentaciones, mercados medievales, teatros de calle, spots de televisión, inauguraciones, ferias, cabalgatas y cualesquiera otras manifestaciones de alegría colectiva, animaciones que, como su propio nombre indica, abren y hacen efervescencia con nuestros más añorados deseos, esos atesorados desde que, con ojos de niño, nos enfrentamos a lo desconocido en cualquier esquina, calle, plazuela o escenario improvisado.

Mientras disfrutamos de esa ingente miríada de personajillos quizá no apreciamos el mucho trabajo que está detrás y tampoco adivinamos la mirada que nos atraviesa desde la tela transparente que podría hacernos desaparecer la magia. Pero la magia tiene un padre, alguien que la piensa, la crea, la disfruta mientras la prepara y mas aún cuando nos la ofrece. Y en nuestro Jaén, esa explosión de arte callejero tiene un nombre: Cristóbal Orihuela. A poco que escarbemos en la historia de nuestra ciudad en cuanto a festejos, carnavales y ferias, su nombre aparece orlado con el esfuerzo, el trabajo y la entrega de quien todo lo ha dado, y lo ha sido, en el peregrinaje de ofertar cada vez, cada año, cada ocasión, una idea distinta, unos personajes cada vez más sorprendentes y guionizados con el esmero, la incisiva inteligencia y el arte supremo de su plasmación física.

Cristóbal, que fue presidente de la agrupación de peñas de nuestro carnaval jaenero y “maestro de ceremonias” en multitud de ocasiones cogido de la mano de esa figura que tanto nos representa, el Lagarto de la Malena, siempre ha sido, y es, un referente en cuanto al teatro y a la animación de calle. Sus trabajos no solo han iluminado nuestra ciudad sino multitud de pueblos de la provincia de Jaén como Torredelcampo, La Guardia, Fuensanta, Baeza, Torredonjimeno, Bailén, Úbeda y otros. También recorrió algunas localidades del cercano Portugal y, por supuesto, muchas otras provincias españolas, parte del norte de África y Francia. Incluso ha participado en películas y spots televisivos como antes mencionábamos. Para todo este despliegue de trabajos fue creando distintos grupos como “Creativo Imprevisible”, “MuñecoM” o “Mittos”. Todos ellos tienen, de facto, una página en la historia de Jaén. Y a Cristóbal Orihuela, como organizador, creador y coordinador, ha de reconocérsele ese ímpetu, esa entrega y ese saber hacer que tanto nos ha regalado con sus creaciones.

Nuestro carnaval nunca hubiera sido igual sin las aportaciones de Cristóbal Orihuela. A él debemos, por ejemplo, la primera vez que se organizó, tras las prohibiciones de la dictadura franquista, allá por 1983, tras una iniciática visita a Madrid en la que sus ideas tomaron forma. Y a él debemos la mayor colección de lagartos/dragones jaeneros que se haya conocido ya que la leyenda inmortal de nuestro Lagarto de la Malena le ha acompañado desde pequeño. Cristóbal tiene todavía mucho que ofrecernos. Y nosotros le necesitamos.

La Institución Ferial de Jaén acoge la quinta edición de la Feria de la Caza y la Pesca, Ibercaza 2023, una muestra interesante para un sector con capacidad para mover la economía jiennense y generar riqueza y puestos de trabajo. Mañana se despide uno de los eventos más consolidados en el calendario jiennense que hace que, durante tres días, se centren todas las miradas en una tierra rica en recursos cinegéticos. La provincia, de esta forma, toma auge en las pretensiones que tienen las administraciones públicas de hacer que Jaén sea un referente en turismo de congresos. Citas como esta contribuyen a atraer a visitantes que buscan destinos diferentes y que llenan bares, hoteles y restaurante del entorno. Nada más que en participación destaca la presencia de setenta empresas procedentes de diferentes comunidades autónomas en ocho mil metros cuadrados de exposición.

Se trata de cifras que no son fruto de la casualidad, ya que la tierra conocida como el mar de olivos Se trata de cifras que no son fruto de la casualidad, ya que la tierra conocida como el mar de olivos tiene cerca de ochocientos cotos de caza, espacios que representan el doce por ciento de la superficie cinegética de Andalucía. Ibercaza es, además, una auténtica oportunidad de negocio para la actividad cinegética jiennense y un escaparate directamente ligado a la oferta turística que ofrece la práctica de la caza y de la pesca, el paisaje olivarero y los parques naturales. No hay que olvidar que el sector también está íntimamente relacionado con la protección de la naturaleza y el mantenimiento de la población en el mundo rural en unos tiempos en los que preocupa la despoblación. Es importante desmitificar lo negativo del sector y poner el foco en lo positivo que aporta, una actividad esencial en el mantenimiento de la biodiversidad y que, en la actualidad, debe dejar de permanecer ligada especialmente a un determinado sector de la población con más poder adquisitivo. La caza es una práctica que tiene que estar al alcance de todos.

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