Pertinaz sequía

    23 abr 2020 / 16:22 H.
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    En aquellos tiempos el azote era la pertinaz sequía. Con eso se explicaba todo (aparte el contubernio judeomasónico) y en último extremo se llevaban a santos y santas por esos eriales a ver si eran capaces de hacer lo que naturaleza no quería. ¿Qué no quería ni los santos se prestaban a hacer milagro alguno?, pues la explicación era bien sencilla, que por nuestros pecados se nos castigaba. Siempre había pecados por los que ser castigados, y aparte el original tan perpetuo, que unos se sabían y otros se ocultaban. Desde luego haber sido carne de cañón republicana era un pedazo de pecado que exigió muchas penitencias. De ahí la pertinaz sequía. Mas es que ahora se nos vino encima el bicho malo invisible que nos azota sin piedad; algo malo, muy malo habremos hecho, nos pensamos, para tamaño flagelo. ¡Pero es que ya no podemos acogernos a unas rogativas en condiciones! Que ni eso lo permite el bicho. No tiene respeto alguno y se lanza contra todo lo que se mueva, sea marqués o bracero. Algunos andan buscando las causas, los pecados cometidos, y puede que las encuentren.

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