Personas olvidadas

10 ene 2023 / 17:07 H.
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En la viñeta, Contreras felicitaba con un Pinocho de nariz grande que gritaba: “feliz año electoral”. Días después exponía a los magos con un regalo y la nota “tijeras para inauguraciones preelectorales”. Se abre un tiempo en el que se nos exigirá la atención solo para temas que los gobiernos y oposición propongan, no necesariamente los sentidos por la ciudadanía. Esta, se encuentra distraída por la estrategia de tensionar emocionalmente las opiniones por la gestión de la democracia y la responsabilidad de los distintos poderes. “La mayoría de la gente suele creer que es el centro del mundo y su cultura, el eje de la historia humana”. Afirma Harari sobre la humanidad. Monopolizamos la Constitución cuando es válida para fines particulares generando políticas cortoplacistas con puntos ciegos. He visto a mucho “progresista” dando su voto a los presupuestos generales del Estado a cambio de esta carretera o aquella policía, o negándolos por la misma razón. No he visto hablar de personas sin hogar. Se trata de una población mayor a la de Martos. 28.552 personas usuarias de albergues para el alojamiento y la comida en el 2022. De estas, 7.277 se han visto obligadas a dormir en cajeros, soportales; espacios singularmente llamados de “fortuna”. El 51% de estas tiene menos de 45 años. La edad media está en los 50 años. La esperanza de vida en España es de 82,2 años, una persona sin hogar 17,5 años menos. La edad media de su muerte es 52 años para las mujeres y 56 para los hombres. Pregúntense por qué. Sorprende el valor que damos a los números de la lotería y la atención prestada a los que les muestro. Las razones por las que se llega a esta situación personal son sistémicas. Por perdida de vínculos familiares, laborales, relaciones sociales, socialización irregular, generando rupturas encadenadas y traumáticas que destruyen la identidad y capacidad de reacción. No son resilientes, solo sobreviven. El salario mínimo vital es la vía para salir mediante un itinerario personalizado de inserción que requiere tiempo. No son admisibles juicios de quienes plantean eliminarlo o lo tildan de políticas de sopa boba. Para un futuro hace falta un hogar en sentido literal. No hay reinserción sin vivienda. El excedente de viviendas en 2020 en España fue de 457.000. La demanda de más de 500.000, sin contar a las personas sin techo, son transparentes, sin voz, sin capacidad para agruparse y manifestarse. Definirlas como vulnerables se queda corto. Visualícese sin vivienda y verá cómo será su futuro. Los municipios deben ser financiados para construir de vivienda pública de alquiler, ajustando este mercado como en Austria. Mi amiga Marixu como lingüista, dice que no se puede decir “olvidos olvidados” por redundante. Aun así, creo que solo siéndolo seremos capaces de prestar atención a las personas olvidadas que no saben dónde podrán dormir hoy. No basta con las subvenciones a los albergues, como el de Santa Clara en Jaén que palia el problema, o las buenas intenciones personales, es una exigencia de la ciudadanía para no dejar a nadie atrás, generando itinerarios de inserción social que incluyan la vivienda. Si queremos crear futuro con los fondos Next Generation, este no puede mantener errores arrastrados de las políticas sociales. No ver que los problemas y necesidades sociales son una responsabilidad colectiva es una muestra de arrogancia.

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