Perder el tiempo

21 jul 2023 / 09:42 H.
Ver comentarios

Sin lugar a dudas, el verano es la mejor de las estaciones para hacer eso que se suele denominar como “perder el tiempo”. Perder el tiempo, así, a vuela pluma, es algo que suena regular nada más, que está mal visto y que resulta hasta reprochable. Aunque, pensándolo bien, siempre será mejor perderlo que usarlo para hacer el mal. La expresión resulta más aceptable cuando se plantea en forma de pregunta: “¿y a ti cómo te gustaría perder el tiempo?”. Porque la pregunta provoca la reflexión previa a la respuesta y conlleva cierta toma de decisiones. Y tomando decisiones es como mejor se diluye la sensación de estar perdiendo el tiempo. Igual es por eso por lo que desde el poder se toman tantas. Y es que los hay que tienen una querencia especial para ponerse a regular absolutamente todo, metiéndose en aspectos personales, familiares, locales o tradicionales que poco o nada tienen que ver con lo que es la política y la administración de nuestra vida en comunidad. Y si ya faltaba algo, al mismísimo Pedro Sánchez le ha dado por meternos de lleno en unas elecciones en la estación que normalmente estamos de vacaciones. Y a cuarenta grados. Pero bueno, ya se sabe, a mal tiempo buena cara. Y, de cualquier manera, aunque esa decisión presidencial implique debates y jornadas de reflexión electoral, no deberíamos dejar de ejercitar en estas fechas tampoco ese privativo y noble ejercicio que llamamos “perder el tiempo” y que puede resultar bastante más interesante de lo que en principio se pueda pensar. Meditar, sin tele, sin móvil, sin prensa, sin nada. Sólo pensar. ¿Es eso perder el tiempo? Y si se te ocurre algo interesante se lo puedes hacer perder a los demás. ¿Se pierde el tiempo paseando, charlando, riendo, escuchando música o de simple espectador en un tendido cuando una media verónica te quita el sentido? ¿Sentir es perder el tiempo? ¿Pensar en la persona amada es perder el tiempo? ¿Es tiempo perdido el que el músico deja de tocar entre nota y nota? ¿Lo pierde el torero cuando coge distancia para empezar de nuevo?. No deja de ser curioso que a lo largo de la historia de la ciencia y del pensamiento la mayoría de descubrimientos realmente importantes —y que al final resultaron ser beneficiosos para la humanidad— se debieron a hombres y mujeres que no se guiaron por el afán de estar ocupados o de su utilidad, sino simplemente por su atenta curiosidad. Cuando cayó la manzana Newton estaba tranquilo con su amigo. No estaba pensando en la ley de la gravedad. El enemigo real del género humano no es el pensador atrevido que deja divagar su mente soltando lo que piensa, tenga o no tenga razón. Sino aquellos que tratan de moldear el espíritu humano de manera que no se atreva a desplegar sus alas. Los animales no pueden perder el tiempo porque no tienen concepto de lo que es. Y los dioses tampoco, porque son eternos y hagan lo que hagan nunca les va a faltar. Perder el tiempo es un lujo que solo nos podemos permitir los seres humanos. Y puede ser muy útil. Aunque parezca raro, para evitar la impresión de brevedad de la vida humana, mejor no estar ocupados. Como dijo nuestro Séneca, “mientras tú estás ocupado huye aprisa la vida”. Vamos, que de cualquier forma, además de para beber cerveza y nadar, el verano es el mejor tiempo para filosofar. Aunque este año tengamos que dejar de hacerlo para ir a votar.

Articulistas