Pequeñeces ideológicas

    08 mar 2024 / 10:29 H.
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    Suele pasar con demasiada frecuencia: los partidos se nutren, sobre todo en sus puestos donde se cuece algo, de personal que poco tiene que ver verdaderamente con la ideología y mucho con lo que en esos puestos puedan alcanzar, sean beneficios personales (influencias, relaciones sociales, mejora económica) como para familiares y conocidos a los que se decide ayudar. Si son prudentes y comedidos cumplirán con sus deberes para con el ideal político, honestamente, e irán cual laboriosa hormiguita alcanzando sus modestas prebendas. Si son en exceso ambiciosos, o tienen demasiados intereses y necesidades, escalarán puestos al arrimo de los ocasionales líderes y se les harán imprescindibles. Y éstos los tolerarán y cerrarán los ojos porque aquellos les facilitan su gestión e incluso les hacen el trabajo sucio. Todo va sobre ruedas si nadie se sale del guion y cada cual se conforma con su parte, pero... Cuando eso no ocurre (o se descubre el pastel) se salva el que más poder tiene o el que chantajea mejor. A esto se le llama corrupción y existe a todos los niveles.

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