Pensionistas del baby boom

    12 dic 2023 / 10:07 H.
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    Al finalizar el mes de noviembre, según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, se pagaron un total de 10.101.961 pensiones contributivas por jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y favor familiar. No obstante, el número de pensionistas es de poco más de 9 millones (9.117.724 en octubre), ya que algunos cobran más de una pensión; por ejemplo, jubilación y viudedad. ¿Qué nos deparará el futuro inmediato? Sin duda un incremento del número de perceptores, ya que estamos en puertas de que se empiece a jubilar la “generación del baby boom”. Los “baby boomers” son los nacidos entre 1957 y 1977, producto de la explosión demográfica de aquellos años; de hecho, ya algunos se han jubilado, particularmente los nacidos en 1957, 58 y 59. De ahí que podamos hablar de los “pensionistas del baby boom”. Si además tenemos en cuenta la prolongación de la esperanza de vida, no tenemos riesgo de equivocarnos si afirmamos que el número de pensionistas y de pensiones seguirá una clara escalada alcista en los próximos años.

    ¿Se podrá hacer frente a esta creciente factura de las pensiones? Nunca faltan, con perdón, los agoreros. La OCDE decía hace unas semanas que veía insuficiente la reforma de las pensiones y aconsejaba revisar las prestaciones. El gobernador del Banco de España, por su parte, también aducía recientemente que harían falta medidas para apuntalar la sostenibilidad de las pensiones. Esta es una constante desde hace dos o tres décadas, el miedo a la quiebra del sistema público de pensiones, uno de los más claros exponentes del “estado del bienestar”, junto a la educación y la sanidad públicas.

    ¿Cuáles son los rasgos de la Seguridad Social española? Se trata de un sistema profesional en el que “sólo las personas afiliadas que hayan cotizado durante un cierto periodo de tiempo tienen derecho a las prestaciones”. Además, utiliza el método financiero de reparto, que se basa en las denominadas transferencias intergeneracionales, es decir, que “la generación laboralmente activa financia las pensiones de la anterior —ya jubilada— con la expectativa de que la siguiente, a su vez, pagará sus pensiones cuando la actual se jubile”. En suma, a los jubilados se les garantiza una pensión equivalente a una cierta proporción de los ingresos previos a la jubilación. Existen también las pensiones no contributivas, las cuales garantizan un mínimo de recursos a las personas que no hayan cotizado o alcanzado el mínimo de años necesarios (hoy 15) para beneficiarse de las pensiones contributivas y que, además, tengan estado de necesidad.

    Al día de hoy la partida de pensiones es la de mayor volumen en los Presupuestos Generales del Estado. En concreto, en 2023 se van a destinar 190.687 millones de euros (171 mil en 2022, 163 mil en 2021 y 158 mil millones en 2020). La pregunta ineludible es ¿Con las cotizaciones sociales es suficiente para financiar la factura anual de las pensiones? Hasta hace unos años lo fue e, incluso, se fue dotando con recursos a la “hucha de las pensiones”, alcanzando su máximo volumen en 2011, con 66.815 millones de euros. A partir de ahí se tuvo que utilizar la “hucha” para completar los ingresos y hacer frente a los pagos, dado su persistente carácter deficitario, así como desde hace unos años se ha tenido que completar con aportaciones del Estado a la Seguridad Social (38.724 millones de euros en 2023).

    Estamos a final de año y ya sabemos lo que se incrementarán las pensiones en 2024; en concreto, un 3,8 por 100, en línea con la evolución del IPC de los últimos 12 meses (diciembre de 2022 a noviembre de 2023). Las revalorizaciones de los años anteriores fueron del 8,5 por 100 en 2023 y del 2,5 en 2022, también en función de la inflación de esos periodos. Atrás quedan los incrementos del 0,25 por 100 practicados tras la Reforma de 2011 (Gobierno de Rajoy), que hicieron perder poder adquisitivo a los pensionistas. Hoy, felizmente, está garantizado el mantenimiento del poder adquisitivo de los jubilados y, esperemos que también, de los “baby boomers” que se acercan al umbral de la tercera edad.


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