Pasen y vean

    08 may 2022 / 16:00 H.
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    Es curioso que pocos de nuestros políticos hayan visto en el tema del espionaje, con esta herramienta israelí llamada Pegasus (ya de por sí un sainete de los Hermanos Marx), lo circense de la situación, es decir, el salto doble con tirabuzón al vacío de los partidos de la derecha, negando la mayor, y el acto, casi de dúo cómico, entre el presidente del gobierno y la ministra de defensa; todo ello animado por los partidos del ala izquierda que aprovechan para vender sus palomitas durante este penoso espectáculo. Porque lejos de ser el circo que parece, es absolutamente vergonzoso que el Gobierno de la nación, haya autorizado incluso, como parece, haber promovido espiar la vida de políticos, abogados y funcionarios que no les son afines, pero que a su vez, han sido ellos mismos espiados y “utilizados”. Ni en los mejores tiempos de la Guerra Fría, con George Smiley como recurso literario. Todo lo contrario de nuestro mundo, donde las grandes corporaciones saben más de nosotros que nosotros de nuestras parejas, donde la información es parte de una verdad construida en un algoritmo y donde los secretos son más de agenda que de contenido. Por todo ello, lo preocupante de esto es lo antiguo, lo poco serio y lo muy lejos de los ideales de la democracia.

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