Pedofilia habemus

    16 nov 2024 / 09:04 H.
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    Es como la viña del Señor, usando la parábola que nos enseñaron en el colegio, pues hay de todo: buenos, malos, mediocres, feos, guapos, tuertos, y con los ojos como los linces, corruptos, honestos, humildes y buenas personas. La pedofilia eclesial no me ha sorprendido, ya que me remonto a la Grecia de los sabios filósofos, éstos iban cogidos cariñosamente de la mano por jóvenes imberbes, con propósito exclusivo de satisfacer sus deseos sexuales. De todas formas, este comportamiento pedófilo no es de recibo, pues la iglesia se sale de la raya y no cumple lo sabiamente establecido por el Mesías, ejemplo de rectitud y ejemplaridad de la correcta praxis conductual. No obstante, la pedofilia tiene el don de la ubicuidad. Por lo tanto, la condición humana, en este caso, se sale de tiesto y de contexto con la pedofilia, que afecta a los principios básicos de la dignidad como personas que somos, y no animales sin control ni freno. Que el Papa Francisco pida perdón por este comportamiento que afecta a la iglesia es un ejercicio humilde y apostólico que hay que tener muy en cuenta. La pedofilia es la lacra social de la que pocos se salvan, incluidos, por supuesto, los que visten clériman y sotana. Concluyendo afirmaré que no es una enfermedad incurable pues apunta a un vicio del cuerpo humano.

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