Patrimonio y estado del bienestar

Unido al desarrollo del concepto de Estado del bienestar, y tras la Segunda Guerra Mundial, se desarrolla en las democracias occidentales la educación obligatoria, aumentando el tiempo libre para los ciudadanos, todo ello, fruto de las mejoras en la condiciones laborales. Una clase media se consolida, que demanda cultura y derecho de acceso a los bienes culturales por parte de todas las personas, hecho que se asume por el Estado y los diversos gobiernos dentro de la intervención pública.

En el modelo de Estado liberal anterior a la Guerra, la cultura se comprendía como el derecho a cultivarse, como una esfera de libertad personal, asumiendo el Estado su papel de neutralidad. Por el contrario, en El Estado de bienestar no solo se reconoce la libertad individual, sino que también se afirma el derecho de la persona a participar en la vida cultural. Por tanto, se impone ahora la obligación positiva de aportar recursos necesarios, que ejercitan en la práctica el derecho a la cultura, lo que convierte al Estado en obligado prestador de servicios, con su respectiva intervención pública, a la que solicitamos su consolidación a ciencia cierta.