la lengua

Se ha convertido en el deporte nacional. Aunque llevamos mucho tiempo padeciendo esta pandemia, que al paso que crece puede llegar a ser olímpica. Pero lo más peligroso es que se promocione desde distintos medios de comunicación por periodistas, o eso dicen ser. La tele basura ha dejado últimamente dos perlas: “Sus maneras son las de Don Pipo Corleone”. “Este pinta menos que un cerro a la izquierda”. Pero los que se limpian en los cortinajes son los comentaristas y tertulianos deportivos. En un programa de esos, uno de los fenómenos va y dice que son muy previsibles los comentarios de sus compañeros y, claro, los demás salen a degüello: “tú siempre con el erudismo”. Otro de los comentaristas, más famoso por sus decibelios que por su talento, describe el trastazo que le han dado a un jugador del Alavés que yace en el suelo hecho mistos: “Esto es muy fuerte, parece que tiene ligamento lateral de su rodilla derecha”. Coño, y de la izquierda, incluso tiene cabeza, manos, pies... Y me acuerdo de Shakespeare y su Julio César: “La culpa, querido Brutus, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos que consentimos en ser inferiores”. Aserejé.