Parodia nacional
Se inició la función. ¡Bienvenidos al gran teatro del mundo político! Vean a corruptos amnistiando a corruptos. A legisladores saltándose las leyes. A grandes sabios, nombrados a dedo, impartiendo lecciones de ignorancia. A protagonistas del exilio negociando la impunidad de sus regresos. A los hijos predilectos del engaño disimulando sus propias mentiras. ¿Quién es capaz de resolver ahora esta tenebrosa trama de virus, mascarillas, vacunas y tráfico de influencias con semáforos en verde? En esta España mía y esta España vuestra no necesitamos tantas bocas agradecidas esbozando sonrisas y regalándose aplausos desde las barreras del poder. Y todo ello mientras el pueblo sufre de miseria, los agricultores protestan por la ruina del campo, los médicos por el deterioro de la sanidad, los profesores por la degradación de la enseñanza o los funcionarios de prisiones porque los reclusos tienen más privilegios que ellos mismos. Hoy el deporte nacional es defenderse atacando, mientras el dinero vuela y se multiplica en alas del narcotráfico internacional o de negocios multimillonarios de quienes verdaderamente gobiernan el mundo y sus naciones. ¡Qué asombroso este lamentable espectáculo que ahora se nos ofrece! Para algunos, una tragedia moral de incierto desenlace; para otros, una parodia grotesca donde todo vale menos la honradez y el esfuerzo.