Pan y circo

O fútbol y mejor toros. Bien. De cosas culturales tipo “amigos del de la ceja” y calaña semejante pues que hay que pensárselo. Mejor, pues que no, que no coman de nuestro dinero conservador regresista. Fíjese, que un ayuntamiento de la provincia más olvidada entiende que para que no la olviden lo mejor dar la campanada nacional prohibiendo una obra de teatro (¿lo llevaban en su programa reivindicativo?). Y otro ayuntamiento provinciano, venga que aquí sí acogemos a los censurados en nuestra Muestra de Teatro de Otoño. Con dos, porque tenemos mayoría para decidirlo sin intermediarios. Y como nosotros no censuramos a nadie pues que seguirá habiendo toros, como siempre. De todo y para todos habrá sin discriminaciones. Feliz arcadia que deseamos fuese lo común y extenso en nuestra provincia, la autonomía y todo el territorio nacional. Pero prohibir, censurar, cerrar es muy practicado por cuantos se creen los guardianes de la ortodoxia, sea cultural, idiomática, social o política. Ante su anterior mala imagen los censores marcha atrás. Pero nosotros ya nos apuntamos el tanto.