Pan con aceite
Entre pan con aceite y banderas blanquiverdes se celebra el Día de Andalucía en nuestra tierra. Nos sentimos orgullosos de ser andaluces, sin renegar de ser españoles y europeos. A pesar de que las tendencias políticas internacionales marcan un brusco giro al nacionalismo, con el consiguiente discurso de odio contra el extranjero, al que se culpabiliza de todos los males; nosotros, los andaluces, seguimos siendo un pueblo abierto a otras culturas, como lo hemos sido a lo largo de la historia. No en vano, por nuestras venas corre la sangre de tartessos, íberos, cartagineses, romanos, visigodos, árabes, marcando un código genético que nos hace flexibles y adaptables a lo que nos depare el futuro. Aun así, no estamos a salvo de caer en la intolerancia, la xenofobia o el racismo que campa a sus anchas en esta época, sobre todo en las redes sociales. Lo que antes algunos pensaban, pero no se atrevían a decir, ahora se expresa con todo descaro. Que no se nos olvide que fuimos un pueblo de emigrantes, que todavía lo seguimos siendo, antes de gritar contra los que vienen a trabajar en los oficios que ya no queremos y que ofrezcamos nuestro pan con aceite a todos los que han decidido vivir en Andalucía y sienten los colores de nuestra bandera, sea cual sea su país de origen.