Palabras que no empapan

25 ene 2016 / 09:41 H.

Ante el escenario de incertidumbre política que vivimos nos cuesta aún más creer en aquellas promesas que nos hicieron. Hemos asistido a movimientos por parte de los partidos políticos que han sido del todo insólitos, sencillamente porque desean asegurarse un puesto de poder. Es triste que sigan ofreciendo discursos poco creíbles, es lamentable que la noticia sea el modo de vestir de las personas. No deberíamos olvidar que la política, desde una perspectiva aristotélica, es la ciencia de la polis, lo cual señala directamente a la realidad profunda que la política es en sí misma, esto es, el arte de organizar a las personas buscando el bien común. No hay que ser un genio para darse cuenta de la medida en que esto es hoy una realidad o es, por el contrario, una degradación de algo que debería ser valioso para el ser humano. Actualmente se pronuncian demasiadas palabras que son un espejo de la misma sociedad que hemos construido. Los discursos son superficiales, inmediatos y llenos de hipocresía. Hoy las palabras no empapan las realidades concretas porque no están engarzadas en el compromiso y la honestidad, que deberían de ser justamente los términos germinales de una nueva y genuina política.