Palabras para Luis

    13 jun 2022 / 16:40 H.
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    Llegaste al mundo una tarde de abril. Una tarde de lluvia fina y ansiada por unos campos sedientos de verdes y de flores. Llegaste envuelto en luz de primavera para recordarnos que existe el milagro de la vida y el exultante canto de los amaneceres. ¡Qué alegría tan inmensa ver tus ojitos abiertos por primera vez! Habrá un día en que descubras las maldades humanas: envidias, soberbias, odios, injusticias, desigualdades. Y hasta guerras y muertes. Pero también hallarás el amor. El que habita en personas nobles, humildes, trabajadoras, siempre dispuestas a escucharte, a comprenderte y a ayudarte. Que la esencia de tu vida sea tu fe. Que la solidaridad, el perdón, el abrazo y la ternura guíen tu senda. Y cuando ya la vida te haga mayor, vuelve si quieres a leer estos versos que una tarde yo escribí pensando en ti. Pensando sólo en ti. “La vida empieza cuando llega un canto/ a crecer del destello de una estrella/ y una luz celestial, pero tan bella,/ lo cubre todo con su dulce manto./ Llegaste tú, cuando la primavera/ pide pasiones para hacerlas flores,/ cuando se juntan ansias y fervores/ por ver brotar la verde sementera./ Llegaste tú, para alumbrar mi vida/ llegaste tú, para saciar mi anhelo,/ llegaste tú, para aumentar mi fe./ Mi ángel querido, sangre compartida,/ que te ha hecho Dios para azular mi cielo/ con el amor de un verso puesto en pie.”

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