Padres, hijos e hijastros

    02 dic 2020 / 18:11 H.
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    En este mundo cambiante donde la velocidad y lo fácil son sinónimo de éxito; el neoliberalismo salvaje, de la mano de su amadísimo capitalismo, que siempre genera su propia respuesta en la búsqueda de nuevos yacimientos de economía, cuando los ya existentes se van agotando o se agotan del todo, ha puesto sus ojos sobre un animal que se encuentra por todo el planeta y va a ser el que soportará el nuevo yacimiento económico que reportará súper pingües beneficios a los poderosos del planeta. El 85% del dinero que se genera en el mundo va a parar a las manos del 1% de la población mundial, los más ricos. Así lo afirman los datos que manejan las organizaciones... Aunque la velocidad es la más fiel compañera de todo individuo; cabe reflexionar por un momento, sobre el dato económico reseñado, es importante. La pandemia ha quebrado muchos esquemas, no hay hogar en Jaén y por ende en España que no haya sufrido quebranto. Aunque se habrá de reconocer, para implementar medidas de intervención, que dicho quebranto oscila en función del barrio en el que cada cual vive. Algo muy llamativo en los momentos de incertidumbre que se está viviendo, es lo de que el bienestar de toda persona no esté situado en todo lo alto de la pirámide de esta pandemia. Cuando menos, resulta sospechoso. Porque acaso ¿esta vida mundana tiene algún sentido sin las personas? Resulta muy difícil pensar en el futuro cuando el propio sistema se empeña en quebrar el presente. Pero claro, tampoco es algo sorprendente ya que ese mal padre que es el neoliberalismo, sin piedad alguna, utiliza a sus hijos e hijastros para que ese 85% del dinero que se genera en el mundo le siga llegando a sus manos. La covid está destruyendo el trabajo de la clase obrera y por ende, esta, a borbotones pierde liquidez y con ello capacidad de gasto para el consumo. Y una economía basada en el consumo es como una bomba de relojería ante las situaciones como la que se está viviendo. Así, el padre, hijos e hijastros están tranquilos ya que el hijo capitalismo, le ha mostrado un nuevo modelo económico, basado en tests y vacunas (hijastros), que están destinadas a ese animal extendido, el propio hombre, que sin trabajo podrá seguir el consumo masivo de tests e inyectadas vacunas para seguir viviendo en un mundo donde el trabajo de la clase obrera se ha destruido. Ante dicho panorama: qué sentido tiene vacunarse.

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