Paco Sánchez
Uno, ante la pérdida irremediable de un amigo entrañable, tiene una extraña sensación de orfandad, tal vez porque el vivir de cada día lo construyamos sobre el armazón impagable de la cordialidad y la cercanía de gente imprescindible. Sensación de orfandad que sentí hace más de dos décadas cuando se nos fue el ilustre linarense y maestro de cronistas Juan Sánchez Caballero; la misma percepción la viví algunos años más tarde cuando se nos fue el recordado jiennense Diego Rojano Ortega; y no hace tanto tiempo después volví a sentirla cuando nos dejó el impresor carolinense Francisco Ramírez Cerón, y el investigador y escritor linarense Félix López Gallego. A todos los tuve como amigos y compañeros de proyectos impagables.
Todas estas orfandades de amigos entrañables tuve la oportunidad de compartirlas con Paco Sánchez (Francisco Javier Sánchez Fernández), arquitecto e investigador imprescindible en el estudio de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía, amigo del que ahora siento su orfandad inevitable, también, al cumplirse un año de su marcha, precisamente cuando se nos murió en los brazos de todos nuestros proyectos pendientes para conmemorar el cuarenta aniversario del primer congreso histórico sobre las Nuevas Poblaciones de Carlos III , celebrado en La Carolina en 1983, y en el que él participó con un excelente trabajo titulado “Proyecto y desarrollo de La Carolina, capital de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía”, junto a Carlos Sánchez-Batalla, publicado en las actas del primer congreso de las Nuevas Poblaciones (1983). Seguirían otros interesantes trabajos como “El Urbanismo en las Nuevas Poblaciones” del libro “La Carolina. Unas tierras. Un pueblo. Una historia” (1993), y “La vivienda y el urbanismo de las Nuevas Poblaciones”, pertenecientes al cuaderno didáctico para alumnos de educación secundaria que prepara la Comisión Nacional Ejecutiva Fuero 250, ya actuando también como Comisión Olavide 300, para conmemorar el tercer centenario del nacimiento de Pablo de Olavide (1725-2025), y que será su trabajo póstumo.
Al ponerme a escribir estas líneas he sentido el deseo de atarme las manos a la espalda y no escribirlas para no sentir el dolor del sentimiento de ausencia irreparable de un amigo del que aprendimos tanto. O, por el contrario, escribir desde el orfanato de las palabras y dejar constancia como decano de los cronistas oficiales de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena de todo lo que le debemos a Paco Sánchez por lo que hizo por ellas.
Hay dos aportaciones suyas que fueron fundamentales: él fue quien gestó la idea y aportó toda la documentación necesaria para la construcción de las maquetas de todas las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena que llevó a cabo la Asociación Cultural Amigos del Museo Arqueológico, y que actualmente ennoblece y enriquece el Museo de La Carolina. También fue relevante su aportación para la realización del proyecto museístico de tal museo, del que fue uno de sus coartífices, junto a José Antonio Vacas.
Entre sus muchas obras, cuya relación completa no cabría en estas líneas, resaltamos la rehabilitación del Pósito de Santa Elena en 1987, y el de Aldeaquemada en 1990, dos años antes había rehabilitado su iglesia. En 1989 hizo el nuevo edificio del ayuntamiento de Carboneros. Dirigió la documentación confeccionada por el Seminario de Estudios Carolinenses para la incoación de expedientes de declaración de Conjunto Histórico-Artístico de diez localidades fundadas por Carlos III en Sierra Morena para la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
En colaboración con el arquitecto José Nieto Carricondo, también investigador sobre las Nuevas Poblaciones, la actuación de Emergencia en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de La Carolina para la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura (1999). Y la rehabilitación del silo de cereales para Museo Municipal de La Carolina (2007-2011), entre otras muchas obras significativas que hoy rinden homenaje a su memoria.