Otros diciembres

    13 dic 2023 / 10:34 H.
    Ver comentarios

    Cada cual revive sus nostalgias como puede y siente, acomodándose a las estaciones de la edad y las vivencias respiradas. Aquel Jaén de otros diciembres, era otro, ni mejor ni peor. Aquel Jaén, quiero recordar, tenía un frío puro e incisivo que tan sólo se aliviaba al amparo de una mesa camilla, con un brasero de erraj, una estufa de butano o, en las calles sin asfaltar, en el hogar de una lumbre anónima procurada por no se sabe quién. Los días tenían un silencio de refugio por los barrios y una cadencia rutinaria de mujeres cantando coplas en la ópera de los patios. No había escaparates, ni luces extraordinarias más allá del centro, que a la sazón contaba con dos calles y poco más. Es un suponer, puesto que yo era “zagalillo de la capital”, que por estas fechas, en los pueblos y villas de la provincia se aprestaban las familias para la recogida de la aceituna, su tesoro y su sacrificio, su común denominador. Habría trabajo duro, aguardientes urgentes antes del tajo, almuerzo de pan y aceite, y después a la llegada de las vespertinas, un cansancio que mitigar con algún potaje y un amable jergón para llegar hecho y temprano otra vez al olivo. Pues eso, allí fuimos, aquí estamos.

    Articulistas