Otra jornada para la historia

18 jun 2023 / 09:00 H.
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La Constitución atribuye al presidente del Gobierno la prerrogativa de convocar elecciones disolviendo las Cortes Generales que no es otra cuestión que poner un fin anticipado a este órgano de representación por el que decaen sus procedimientos y facultades. Muchas son las razones que se han esgrimido para hacer esta convocatoria inmediatamente después de haberse celebrado las elecciones autonómicas y municipales. Según los analistas políticos, la fundamental tiene que ver con el resultado de estas últimas para el partido en el poder que ha sido calificado como de debacle y, por otra parte, la posibilidad de romper con sus socios de gobierno sin tener que recurrir a ceses en diferentes ministerios reclamados desde hace tiempo y evitar crisis internas dentro de las propias filas del partido que lidera el gobierno. Pero a buen seguro que lo que más ha llamado la atención es la fecha de la convocatoria en plenas vacaciones veraniegas de la ciudadanía que se atisba con tintes de egoísmo personal o partidista. Son muchos millones de españoles y españolas que trabajan todo el año para tener en estas fechas unos merecidos días de descanso que en muchos casos se verán perturbados por la fecha de convocatoria en pleno éxodo vacacional sobre todo porque votar es un derecho y un deber en las democracias modernas que está estrechamente relacionado con el concepto de ciudadanía y en esta ocasión aún más. A la ciudadanía no le basta solo con elegir a la clase política que les va a representar, sino que necesita escuchar sus propuestas, sus ideas, sin ataques personales y parece que en estos últimos tiempos la política ha dejado de escucharla. La sombra de la abstención se ve a lo lejos y los datos sobre la misma desde las elecciones generales de 1977 a 2019 han ido en aumento según los datos consultados en el Centro de Investigación Sociológica. Valga como ejemplo que en las elecciones del 77 la tasa de abstención en la Comunidad Autónoma de Andalucía fue del 21,52% y en las del 2019 del 34,09%. Concretamente en nuestra provincia, Jaén, en las primeras elecciones generales la tasa de abstención fue del 21,46% y en las últimas crece hasta el 29,55%. Nos encontramos, por tanto, con una tendencia a la baja en la participación y el contexto de las próximas elecciones en pleno descanso veraniego pueden actuar como un elemento activador de la abstención junto con el hartazgo de la población ante una nueva convocatoria electoral. Aparentemente la abstención no perjudica a ninguna formación política porque no influye en el recuento de votos, pero si sería bueno analizar por qué se generan situaciones que pueden alentar la abstención. Quizás nos sorprenda que el debate actual no se centre en las ideas y en los problemas de nuestro país y si se focalice, como asunto de vital importancia, el problema de las reservas ya realizadas antes de conocerse la convocatoria electoral por parte de miles de familias, así como en la posibilidad de renunciar a estar en la mesa electoral. El centro del debate actual gira en torno a cómo resolver esas problemáticas dejando un poco atrás el derecho y el deber de votar. En nuestro país, el voto no es obligatorio, pero afortunadamente votar es un derecho en todas las democracias, pero también es nuestro deber como ciudadanos responsables y sobre todo porque para que la democracia adquiera su pleno significado se necesita de una alta participación. Las posibilidades de votar están garantizadas, bien presencialmente o bien por correo. Ahora bien, está por ver cómo va a resultar el experimento de votar en plenas vacaciones en elecciones generales. Estaremos atentos, aunque al no existir precedentes seguramente que todos aprenderemos algo. Ojalá sea para bien de nuestra democracia.

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