Olivo Arena, emblema de Jaén
L os castillos, así como las catedrales, fueron iconos arquitectónicos de la Edad Media; los palacios, plazas o fuentes, sellaron el Renacimiento y el Barroco; los museos artísticos, estaciones de ferrocarril, observatorios astronómicos, fueron referentes tras la Revolución industrial... En nuestra época, nombrada por algunos como postmodernidad, los estadios deportivos se han configurado como símbolos constructivos en los que convergen la innovación arquitectónica, la ingenieril y la tecnológica. Las formas circulares u ovaladas, las techumbres esféricas, la grandiosidad de espacios para escenificar competiciones y concentrar espectadores, o la multiplicidad de miradas perspectívicas internas y externas, les hacen engrandecer y prestigiar las ciudades en que se construyen.
Quienes acceden a Jaén por carretera, se encuentran con un nuevo emblema que se une a los tradicionales perfiles del geometrizado del castillo de Santa Catalina y de las simétricas y armoniosas torres de la catedral: el Palacio de Deportes Olivo Arena, que destaca por la flexible circularidad cromática de su volumetría, resaltada por cerámicas ocres, y el sutil remate superior inspirado en almenas de las fortalezas del territorio. El verde “olivo” de su diseño, evoca y refuerza la identidad de la provincia; la “arena” amarilla, nos remite a antecedentes de anfiteatros romanos como lugares públicos para espectáculos y juegos con perímetro circular, espaciosos graderíos fijos y móviles, sólidos materiales constructivos y arena en la base. Se trata de infraestructura deportiva extraordinaria para la provincia y Andalucía, con un aforo dispuesto a acoger hasta 10.000 espectadores, dispuesta a la acogida de espectáculos deportivos, musicales y teatrales, que ha requerido una inversión próxima a los 24 millones de euros. En su interior, sobrecoge la grandiosidad de espacios y vacíos; la funcionalidad de servicios para personas y equipos, protagonistas en el espectáculo; el modelo de climatización, iluminación sostenible y aislamiento termo-acústico, dotado de sistema de recuperación de agua de lluvia, en versión moderna de los aljibes de los castillos. Jaén ya tiene un coliseo moderno, el Olivo Arena, “casa del fútbol sala”, pero también de otros muchos eventos deportivos y culturales, con accesibilidad y adaptabilidad a la diversidad, construido con criterios de sostenibilidad medioambiental y referencias a la historia y cultura de nuestra tierra.