Olas de calor

Se ha hecho viral. Que nos indica, como se expresa ahora, la difusión apresurada en redes sociales, de cualquier hecho acaecido, siempre susceptible de verificación, y del que nadie se preocupa a posteriori de constatar. Se ha virilizado, digo, el testimonio ante un grupo de intrépidos periodistas de un lugareño de la Campiña de Jaén, que asegura haber avistado lagartos con cantimplora y gafas de sol, en deleitado reposo entre los peñascales. Jaén tiene que estar con los tiempos, hay que potenciar estas quimeras, posibilitar el equívoco, nunca se sabe lo que puede atraer a un turista ávido de emociones. Si los americanos “auténticos” y sus militares incuestionables han planteado ante su Congreso ejemplar, la existencia de seres y artefactos que no son de este mundo, ocultados en hangares secretos, y la noticia ha aparecido en todos los informativos del mundo, no entiendo porque, y aprovechando el tirón, no se pueda difundir desde Jaén, que se ha establecido una comunidad de esquimales para pescar focas en el Pantano del Quiebrajano. Sería un bombazo. Lo siento, este calor, el empacho de sardinas del Jándula y el abuso de gazpacho de garrafón, me están licuando la sesera. Que ustedes lo suden bien.