Oda al otoño

Al menos el otoño ha comenzado con algunas lluvias que esperemos supongan que la aceituna, aún colgada en el árbol, del pequeño olivar de secano que alguno tiene por esos cerros, coja algo de tamaño y peso porque nunca la he visto tan pequeña. Pero la naturaleza es muy agradecida y seguro que de aquí a su recogida algo habrá recuperado, después de este año tan seco. En otros lares la naturaleza está siendo más dura, el volcán de La Palma sigue castigando a los palmeños, un abrazo desde aquí a mi amigo Jorge, mucho ánimo, compañero. El otoño, ese en el que algunos cumplimos años, nos sirve también para mirar atrás y alegrarnos de los buenos momentos vividos, reconociendo errores en los que asentar un futuro más seguro utilizando adecuadamente nuestras experiencias, nuestro conocimiento para compartirlo, con una actitud proactiva con los demás y siempre dando la cara ante cualquier situación que afrontemos en adelante. Nuestro otoño, podría significar tristeza, pero valorando lo vivido y afrontando el futuro de frente y con ilusión basada en la experiencia significa alegría. Es como la rama del olivo, en este tiempo cansada por el peso del fruto, pero miradla, está alegre porque, gracias a lo vivido, está segura de que tendrá nueva flor en primavera.