Nutriscore y el aove: grasa o zumo

La voracidad normativa no es invento patrio; en todas partes cuecen habas; ahora Europa nos manda el Nutriscore, que pretende imponer un modelo peculiar de calidad nutricional de los alimentos. Más allá de desaconsejar lo que no sea saludable, no corresponde a los poderes públicos informar sobre las calidades de los alimentos; de hacerlo solo cabría la orientación veraz y científica, lejos de imposiciones buenistas para condicionar la vida de la gente y menos con intereses no confesables, lo contrario es estatismo trasnochado. Resulta que para el Nutriscore el aceite de oliva virgen extra no es recomendable y de peor calidad nutricional, por ejemplo, que la coca cola; y el jamón ibérico es como las hamburguesas. Hasta ahí podíamos llegar. ¿Quién ha muerto de una “hartá” de jamón? ¿No es el aove un producto natural, sano y cardiosaludable? ¿Los eurócratas enmiendan la plana a los científicos? El aove no es una grasa elaborada, es zumo natural sin manipular, se extrae de un fruto por medios mecánicos a temperatura ambiente y se usa de aderezo o complemento para muchos alimentos; un poco de aceite es mucho y no se bebe en botellines, que aun así sería sano. ¿Sabemos de qué hablamos?