Nuestras gentes

29 ago 2016 / 17:00 H.

Soy consciente de que al personal le aburre eso de escuchar o leer todos los días cosas sobre nuestros políticos. También a mí me aburre tener que escribir de ellos, porque es como predicar en el desierto. Ellos tienen sus miras y les importa un pepino lo que piense el pueblo. Lo que se les diga, por un oído les entra y por el otro les sale. Muy diferente es el dinero, en demasiados casos, que si les entra por un bolsillo ahí suele quedarse. Lo que suele suceder es que son tantas las ocasiones en que las barbaridades de los políticos nos perjudican que no hay espíritu que lo soporte y hay que dar rienda suelta al pensamiento para no ahogarse tragando tanta basura. Pero lo que a mí me gusta es hablar de Jaén y de nuestras gentes; de las personas ilustres y de los ciudadanos de a pie que, por muy humildes que fueran, significaron algo en la historia de nuestra ciudad.

Personas como Juan García Moya, que fue conocido como “el Prematuro” de tal guisa que este hombre, menudo, vital, ocurrente y diligente, difícilmente respondía a nadie si no le llamaba por su apelativo. Hizo mil cosas en su vida para ganarse el sustento. Nació en 1932 y su apodo le vino porque nació con sólo seis meses y medio de gestación. Con 10 años empezó a trabajar de aprendiz de zapatero y con 14 consiguió plaza de limpiabotas en el desaparecido Hotel Rosario, entonces uno de los más prestigiosos de nuestra ciudad. Juan solía presumir de que había sacado lustre a los zapatos de los toreros “el Choni” y Paquito Muñoz y al ministro Joaquín Ruiz Jiménez. Nunca le dijo que no a un trabajo honrado y pasó por muchos oficios, como el de camarero en el bar Italia, guarda de obras, portero en el viejo Estadio de la Victoria y repartidor del Diario JAÉN, en aquellos tiempos en que el periódico había que vocearlo por las calles.

El Prematuro era uno de ese grupo de personajes entrañablemente populares y pintorescos, con buena disposición y siempre con ganas de bromas y, además, un empedernido seguidor del Real Jaén, el equipo de sus amores al que acompañó en innumerables desplazamientos. Una de esas personas singulares que formaron parte de mi vida más joven y hasta menos joven, porque el Prematuro estuvo relacionado con Diario JAÉN hasta su jubilación y nos conocíamos muy bien. Eran tiempos aquellos en que los dos fumábamos puros.