Nuestra salud es su negocio
La mayoría de trabajadores del Servicio Andaluz de Salud secundaron las protestas en contra de la desastrosa gestión que los gobiernos de Moreno Bonilla vienen llevando a cabo desde que por primera vez y con el apoyo de Vox y Ciudadanos ocuparan el palacio de San Telmo. En apenas cinco años han desaparecido ambulatorios, centros de salud y camas de hospital, se han multiplicado los meses de espera para entrar en quirófano y faltan médicos de atención primaria, cirujanos y especialistas. La sanidad pública andaluza ha sido desmantelada en un interminable goteo de millones de euros destinados a la Consejería de Salud, pero que acaban en manos de las compañías de seguros y clínicas privadas. No es casualidad que las comunidades autónomas que menos gastan en atención sanitaria de sus ciudadanos sean las de Madrid y Andalucía. Tampoco es de extrañar que tanto Ayuso como Moreno Bonilla se quejen con exigencias a Sánchez culpándole de todos nuestros males, mientras ellos dejan de recaudar impuestos, sobre todo a los más ricos. Enfermedades, pandemias, dolencias y heridas no entienden de política ni de clases sociales, pero en este mundo nada se cura sin dinero.