Nuestra ruta

Todo camino tiene dos sentidos. Hace siglos las calzadas romanas sirvieron de instrumento vertebrador para unir zonas distantes, convirtiéndose en una red que permitió la expansión económica, cultural y militar del imperio. Sin embargo, los caminos que hoy tiendes mañana pueden ser usados por aquellos que tienen intereses opuestos a los tuyos. Cuando ponemos nuestro voto en una papeleta estamos pidiendo que Jaén no aparezca en el mapa como una zona de paso sino como un destino. Como se viene defendiendo, no puede esperarse una demanda preexistente que justifique la oferta de vías más rápidas y seguras, ya que nadie va a esperar sentando en una vía que no le dejan transitar. Aunque nosotros empezamos este camino con la confianza depositada en nuestros dirigentes, de vuelta solo regresan promesas. Quizá se deba a que nuestros políticos no se enfrentan a las mismas vicisitudes del ciudadano medio o que, simplemente, tienen otros intereses. Tenemos mucho que ofrecer y debemos identificarnos con nuestra tierra, elaborando un proyecto común que no permita a nadie aislar a nuestra ciudad sin mirarnos antes a los ojos a los jienenses.