Noviembre dulce

    04 nov 2019 / 12:12 H.
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    Hubo un tiempo en que los meses de noviembre venían acompañados de costumbres bonitas, de comidas en familia y de momentos para recordar a nuestros difuntos. Pero los tiempos cambian y noviembre también ha caído en el mercantilismo que ahoga nuestros días. Los días de campo, lumbre y gachas han dado paso a los días de paseos en cualquier centro comercial. Ya da igual que no se necesite comprar, las grandes superficies se frotan las manos en días en los que sus persianas deberían permanecer abajo. Necesario o no, lo cierto es, que es fácil distraerse y dejarse arrollar. Ojalá volvieran aquellos tiempos, y cayéramos en la cuenta que llenarnos de cosas no nos hace más felices, que la verdadera felicidad se encuentra en compañía de nuestros seres queridos, cobijada bajo el abrazo a tiempo de una madre o tras el beso de bienvenida a casa de un padre. Esas cosas que no compra el dinero, esos recuerdos de aquellos tiempos en los que todo era más sencillo, esos momentos que difícilmente encontrarás en un pasillo de un centro comercial. Así nuestro noviembre dulce también es parte de nuestros recuerdos, como un difunto más, al que uno quiere, pero no llega a abrazar.

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