¡Nos vemos en la nube!
Conforme van pasando años los nuevos avances tecnológicos no dejan de sorprendernos al proporcionarnos un turbión de novedades; aunque no sabemos si —a la larga— será para bien o todo lo contrario, sin que podamos descubrirlo antes de que sea demasiado tarde. Hasta hace nada, en el lenguaje coloquial, se decía que “una persona estaba en las nubes” cuando se encontraba distraída o en su mundo, como si estuviese en Babia. Ahora, lo que más se oye es: “Súbelo a la nube” o “bájalo de...”, refiriéndose a cualquier dato informático, sea alfanumérico, imagen o vídeo; pues casi todo está en ella: un lugar oscuro y no tan etéreo, con realidad física, en cualquier parte lejana y distante del planeta en el que habitamos físicamente y en donde se almacenan nuestros datos más personales o banales para que alguien, además de nosotros mismos, los use con la intencionalidad de sacar provecho, muchas veces sin nuestro consentimiento. Si encima, nos rodeamos de electrodomésticos inteligentes, nuestra privacidad se hará añicos. Ya mismo, nuestra despedida más cotidiana va a ser: “¡Nos vemos en la nube!”; mientras que habrá otros que ya se encuentren en ella sacando pingües beneficios a nuestra costa.