Nos persigue la gordofobia
Termina el verano, volvemos a la normalidad con algo más de peso, y comienzan las dietas porque estamos sometidos a una impuesta creencia de que nuestro cuerpo “no entra en la norma estética”. El problema está en que está creciendo la “gordofobia” que es el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por el hecho de ser gordas, que implican la obstaculización o vulneración de los derechos de esas personas bajo el pretexto de la gordura, con las repercusiones psicológicas que ello puede generar. Se tiende a pensar que esa gordura se tiene porque se quiere, porque no se tiene fuerza de voluntad, se es muy perezoso y vago, se ha descuidado, cuando el motivo puede ser problemas de salud, o simplemente que aun estando sano no se siente mal con su peso y no se quiere someter a lo que estéticamente sería lo correcto. Sea como sea la discriminación por obesidad y/o sobrepeso está en el tercer lugar dentro de los tipos de discriminación más experimentados. Y yo me quedo en mi barrio donde por encima de todo, existe la convicción de que toda persona tiene derecho a ser tratada con respeto y dignidad, y debe acceder a todas las posibilidades que estén a su disposición para alcanzar el mayor grado de bienestar y realización posible.