No tengo palabras

Ver comentarios

Conversaba hace poco tiempo con un amigo sobre esta frase tan frecuente hoy en día: “No tengo palabras para expresar...” y llegué a pensar. ¿Cómo que no hay palabras? Por mucho que uno quiera definir cualquier situación, en el idioma español, siempre hay algún vocablo que lo exprese. Parece ser que en el diccionario de la RAE hay más de 90.000 vocablos. Y ¿entre tantos no vamos a encontrar ninguno que se ajuste a nuestra idea? Lo que ocurre es que resulta más cómodo cerrar la idea con esta frase. Ello está provocando un empobrecimiento del idioma. Nos limitamos a concluir con la dichosa frase. Eso cuando no usamos una palabra extranjera, en general anglosajona, que al oído de nuestros escuchantes puede aparentar ser muy atinada o darnos un barniz de lo más moderno. ¡Qué cantidad de palabras de muy diverso origen, griego, latín o árabe, hemos ido dejando de utilizar en nuestras conversaciones! ¿Por economía de gestos o por ignorancia avanzada? Si continuamos a este ritmo nos quedaremos con cuatro frases tópicas que no describen de manera veraz lo que queremos decir pero que son bendecidas por la sociedad. ¿Será un paso adelante o un retroceso en nuestra comunicación?

Articulistas