No son hijos de los vecinos

    24 oct 2023 / 09:27 H.
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    Difícilmente me faltan palabras para explicarme en la mayoría de las situaciones, pero cuando escucho en las noticias de la televisión que los niños tienen acceso a la pornografía a partir de los ocho años, me quedo totalmente bloqueada por la incredulidad, la impotencia y la vergüenza. Se nos debería caer la cara y no hacer ni por recogerla. No es que lo busquen expresamente, es que la cantidad de tiempo que usan la tablet o el móvil, se prestan a que encuentren estos contenidos tan dañinos para su educación y formación afectiva. Ningún dispositivo puede sustituirnos como padres, pero es mucho más fácil dar el móvil a la hora de comer, porque de lo contrario no come. Pues que no coma, o como es nuestra obligación educarlos, nos encargaremos de conseguir un buen comportamiento en la mesa y un respeto por la comida de la que carecen muchos niños como ellos. Es que lo de educar viene en el lote. Tampoco hay que asustarse: con un poco de intuición, mucha fuerza de voluntad, paciencia y cariño, se consiguen unos resultados estupendos y nos vamos a alegrar mucho en un futuro que está más cercano de lo que parece. Y sobre todo dar ejemplo. Es que no son hijos de los vecinos; son nuestros.

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