No sin
mi perrita

    24 jun 2019 / 13:29 H.

    Vimos en Sevilla una tienda con rótulo Como reyes, con dibujos de perritos y anuncios de cuidados de mascotas; tratamos a las mascotas con lujos, como si fueran los reyes de la casa. Pensé en la película Not without my daughter, que narra la historia de supervivencia de una madre norteamericana para sacar a su hija del ambiente de sumisión total de su marido musulmán en Irán. Ni veterinarios ni comunidades saben el número exacto, pero perritos y otras mascotas están aumentando. El escritor ciego Emilio Ortiz titula su libro La vida con un perro es más feliz. Los animales están complementando y/o suplantando las relaciones con los otros humanos, pues gastamos tiempo y dinero para las mascotas. La zoofilia podría ser una compensación ante las soledades y las vidas rotas en las grandes ciudades y pueblos. Donde hay necesidad, hay negocio: en webs de hoteles, restaurantes, tiendas, cafés, etc., aceptan mascotas. En las vacaciones hay abandonos de mascotas, situación denunciada por protectoras y animalistas pro-derechos de los animales. ¿Qué pasará en las sociedades occidentales envejecidas que miman más a las mascotas que a los bebés por nacer?