No prisión por opinar

Los límites de la libertad de expresión están de actualidad por el ingreso en prisión de Pablo Hasél o por la iniciativa que ha presentado Unidas Podemos en este sentido o la que ha anunciado el PSOE para evitar la cárcel en muchos de estos casos. Al final, se condena a ese rapero por unos tuits o canciones. Podemos estar más o menos de acuerdo en el contenido de esos tuits o canciones, pero, ¿de verdad, la crítica, por radical que sea, merece la cárcel?. La reforma del Código Penal que propone Unidas Podemos, o la que ha anunciado el PSOE (que digo yo que siendo miembros de un mismo Gobierno ya podían haberse puesto de acuerdo en sacar una común) ahondan en esa necesaria vuelta que hay que darle a un texto que quizá hoy ya es un tanto extemporáneo. Y tampoco le vendría mal que en la otra parte se hiciera una reflexión sobre los mensajes que pueden incitar a la violencia, que ese sí puede ser un límite a la libertad de expresión. No parece lo más lógico que quien pide libertad pida o alabe el uso de la violencia en algunas de sus creaciones artísticas o tuits y, además, se utilice los disturbios callejeros y la violencia como medio para pedir esa libertad. En democracia, que es la que nos permite expresarnos libremente, hay otros medios, pacíficos, que son la base de la resolución de los problemas.